12 junio 2013

Las Columnas del Templo: en defensa de un tesis

Por Antonio Onías Neto,
Soberano Gran Inspector General Honorario del Supremo Conselho do Rito Moderno, Brasil.

Presentamos una breve e interesante reflexión simbólico-práctica propuesta por el M.•. Il.•. H.•. Antonio Onías Neto, todo un referente en el Rito Francés o Moderno, estudioso del simbolismo masónico, muy especialmente del explicitado en los rituales de la familia de los Modernos. No en vano ha estado al frente de diversas comisiones de Orientación Ritualística para los grados azules practicados en el Grande Oriente del Brasil así como en los correspondientes para los Órdenes de Sabiduría o Grados Filosóficos del Rito Moderno o Francés del Supremo Conselho do Rito Moderno, Potencia Filosófica Primada Universal del Rito Moderno o Francés. Esta entrega es una de las joyas con las que nos ha honrado ofreciéndonos como aportación y colaboración para este espacio dedicado fundamentalmente a nuestro amado Rito. Desde aquí vaya mi más sincero reconocimiento y gratitud para el Hermano Antonio Onías Neto en particular, y al Supremo Conselho do Rito Moderno por su siempre fraternal disposición.

No hay duda alguna que en los inicios de la Masonería Operativa no había Templos Masónicos de la forma en que hoy los entendemos. Los templos construidos por los obreros fueron las grandes catedrales de la Edad Media en delante. Los constructores se reunían en las canteras, y en lugares que recibieron posteriormente el nombre de Logia.

En el inicio de la Masonería Especulativa los Masones ya no eran solamente los constructores de edificios e iglesias, sino también los Masones Aceptados, generalmente oriundos de posiciones filosóficas y religiosas diversas, y que no se reunían en templos determinados, sino generalmente en tabernas. Pero cuando resolvieron reunirse en un local determinado, cuando intentaron construir un Templo, intuyeron y dedujeron que debería tener un simbolismo especial, pues debería el mismo tener un simbolismo que aportara también el simbolismo del Templo moral y social. ¿Pero, qué Templo podría ser el escogido para este simbolismo? Obviamente, considerando su formación judeocristiana (de la mayoría), ningún otro serviría mejor que el templo mandado construir por Salomón. Este Templo simbolizaría todo el Universo, por cuya perfección lucharía el Masón. Quedó definitivamente instituido entonces, que el Templo Masónico sería una réplica del Templo de Salomón. Esta tesis es la abrazada por todos los mejores autores Masones. Ahora bien, si el Templo es réplica del Templo de Salomón, las columnas que quedan ubicadas en su entrada deben ser aquellas descritas en la Biblia. Sin embargo, encontramos hoy en casi todas las Logias Masónicas la aberración de ver colocadas en su entrada columnas corintias o similares, que no existían a la época de la construcción del Templo de Salomón.

Con todo, reconocemos que el diseño de las legítimas columnas del Templo exigiría un fino artesano, una difícil artesanía, que encarecería sobremanera su confección, y sería de casi inaccesible construcción. He ahí la razón porque, tal vez colocándonos entre los "inventores" de la Masonería, tenemos la veleidad de presentar el dibujo adjunto, en que simplificamos los capiteles descritos en la Biblia, continuando, sin embargo, con su simbología, y las bases serían dos conjuntos de lotus. Veamos los capiteles: en la hilera superior, siete azucenas abiertas; en la segunda, siete hileras de cadenas; en la tercera, siete granadas, en sustitución a las dos hileras de doscientas; y finalmente, en la cuarta hilera, siete lirios, sustituyendo las tres hileras de diversos tipos de lirios; así, en un dibujo y en una confección simplificados satisfaríamos los capiteles de las columnas bíblicas y preservaríamos su simbolismo. Cuanto a la base, no descrita, colocaríamos los lotus, comunes en las columnas egipcias, conforme eran construidas en la época. En la parte de arriba de los capiteles, evidentemente, colocamos los orbes terrestre (sobre la columna a la izquierda de la entrada del templo) y celeste (sobre la columna a la derecha de la entrada del Templo). Finalmente, en cuanto a las letras (J y B), para evitar la controversia de los Ritos, y además, porque muchas veces los Templos son usados por Logias de Ritos diferentes, sería abolida su fijación, quedando evidentemente, su simbología.

Recordemos, aboliríamos la colocación definitiva de las letras, no su significado, lo que sería anti-Masónico, y conforme el Rito practicado en los trabajos, estas serían sobrepuestas.
La tesis ahí está (ver a modo de ejemplo el Logo de la Aug.•. y R.•. L.•. Primero de Maio al Or.•. de São Paulo). Sabemos que muchas críticas, probablemente, aparecerán, pero fue la única forma que encontramos para resolver prácticamente el error que es cometido por las Logias, colocando columnas corintias, porque resultan más prácticas que las descritas en la Biblia. La palabra pasa a los Maestros.


Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9
Miembro de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM
Miembro de la Logia de Investigación "Los Modernos" - GLMAE

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